En la última sesión de los Encuentros
Literarios Cósmicos, jugamos a destrozar amorosamente y con toda
nuestra buena intención algunos de los poemas más sugerentes,
fascinantes y evocadores de nuestros poetas. A partir de un par de
versos, dejamos volar nuestra imaginación, uno a uno, completando la
idea.
"...A veces la belleza pasa
y deja en el corazón bolas de nieve"
(David Eloy Rodríguez)
y explotan, convertidas en llamas
azuladas que incendian la habitación. “¡Fuego!”, grito, y ella
atraviesa el umbral y mueve las manos intentando apagar las llamas.
“Así se van, ya verás”, me dice. (Patricia)
Las llamas se extinguen, pero queda el
invierno. La nieve me cubre hasta que no veo. El amor se hace
infierno, de llamas azuladas. (Laura)
Ya no grito, me consumo abrazado a ti,
envueltos en llamas y sintiendo tan solo tu piel ardiendo por la
fiebre que no baja. (Fugo)
"Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi"
(Luis García Montero)
y me planto en su puerta
para que no me abra.
Tú me dices: amor, yo escucho: amiga
y me siento a su vera, para esperarle
Tú me escuchas sufrir, yo espero en
balde
Tú te cansas de mí, yo cojo un taxi.
(Laura)
"Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto
haría..." (Ángel González)
que todos dejasen de rezarme y se
sentasen a ver la puesta de sol para encontrarme. (Fugo)
"Que algo ya se haya dicho no significa
que no pueda volver a decirse por
primera vez" (Benjamín Prado)
Que tenga la necesidad de gritarlo y
sacarlo de mi pecho y sin embargo permanezca intacto y amarrado en
las cuerdas de mi garganta. Pero mis ojos lo gritan aunque permanezca
distraída, y mis manos al tocarte te cantan bajito al oído. Porque
por muchas veces que repita lo que siento, cada vez estoy más
desnudo, tembloroso como por primera vez. (Mayo Belzuz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario